Subjetividad, trabajo y salud mental

Por: Colaborador(es): Series ; 14Detalles de publicación: Jul. - Dic. 2006Descripción: 81- 86Otro título:
  • subjectivity, work and mental health
Tema(s): Recursos en línea: Resumen: No una, sino varias acepciones admite el término sujeto en el Diccionario de la Real Academia Española (Diccionario de la Real Academia Española, 2001). Nos interesan todas las acepciones, desde las de uso más común hasta las filosóficas y gramaticales. Etimológicamente la palabra sujeto proviene del latín subiectãre, intensivo de subiicere, que alude a poner debajo, someter. En filosofía, es el espíritu humano, considerado en oposición al mundo externo, en cualquiera de las relaciones de sensibilidad o de conocimiento, y también en oposición a sí mismo como término de conciencia. Pero el Diccionario Latino- Español de Valbuena (Campos, 2003), va más lejos aún y propone que subiectare es someter a dominio o contener algo y que iecur es hígado, donde los antiguos ponían el asiento del ánimo y las pasiones. De similar manera, en el Diccionario Manual Latino-Castellano de De Andrea (1954), se entiende que iecur o jecur es hígado, espíritu, alma e inteligencia. La palabra objeto, por su parte, puede ser descompuesta en su prefijo ob, que significa poner delante, oponerse a algo, y el sufijo iectus, que significa pasión. De tal manera, que para lograr la distinción entre objeto y sujeto, ha de partirse, por lo menos etimológicamente, de una raíz común indistinta que los nuclea como anverso y reverso de una misma moneda, y que tiene que ver con un órgano y sus supuestas funciones pasionales. Como más adelante veremos, en la manera como se entiende hoy al sujeto, se recupera algo de esa indistinción original(AU)Existencias: 2
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No una, sino varias acepciones admite el término sujeto en el Diccionario de la Real Academia Española (Diccionario de la Real Academia Española, 2001). Nos interesan todas las acepciones, desde las de uso más común hasta las filosóficas y gramaticales. Etimológicamente la palabra sujeto proviene del latín subiectãre, intensivo de subiicere, que alude a poner debajo, someter. En filosofía, es el espíritu humano, considerado en oposición al mundo externo, en cualquiera de las relaciones de sensibilidad o de conocimiento, y también en oposición a sí mismo como término de conciencia. Pero el Diccionario Latino- Español de Valbuena (Campos, 2003), va más lejos aún y propone que subiectare es someter a dominio o contener algo y que iecur es hígado, donde los antiguos ponían el asiento del ánimo y las pasiones. De similar manera, en el Diccionario Manual Latino-Castellano de De Andrea (1954), se entiende que iecur o jecur es hígado, espíritu, alma e inteligencia. La palabra objeto, por su parte, puede ser descompuesta en su prefijo ob, que significa poner delante, oponerse a algo, y el sufijo iectus, que significa pasión. De tal manera, que para lograr la distinción entre objeto y sujeto, ha de partirse, por lo menos etimológicamente, de una raíz común indistinta que los nuclea como anverso y reverso de una misma moneda, y que tiene que ver con un órgano y sus supuestas funciones pasionales. Como más adelante veremos, en la manera como se entiende hoy al sujeto, se recupera algo de esa indistinción original(AU)

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